Una gran alegría recibió la familia de Schoenstatt de Punta Arenas cuando se enteró que el Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz, les entregaría parte valiosa de su breve estadía en esa austral ciudad para compartir con ellos.
El cardenal viajó a Magallanes el viernes 21 de abril, junto a otros 20 obispos de Chile, para presidir la ceremonia de ordenación del nuevo obispo de la diócesis, padre Bernardo Bastres. Aunque su viaje era por menos de 48 horas, agendó un encuentro con los “Hijos de María en los confines de la Tierra” para compartir un diálogo, un momento de oración en la Ermita y luego un almuerzo.
MIS HERMANOS DE SCHOENSTATT
En la casa de Formación Juan Pablo II, que queda en el mismo sitio de la Ermita de la Madre Tres veces Admirable, se escuchó fuerte a casi el centenar de schoenstattianos que entonaron “Mis Hermanos de Schoenstatt” mientras el cardenal hacía ingreso al recinto. Él, emocionado y muy agradecido por el recibimiento, recordó que en el año 1952 escuchó por primera vez ese himno cuando un amigo lo invitó a un encuentro del movimiento.
Entre los asistentes se generó un diálogo espontáneo con el cardenal y por espacio de una hora respondió las interrogantes que le presentaron.
En primer lugar, habló sobre la importancia de los movimientos para la Iglesia Católica actual. Recalcó que cada uno tiene su propio carisma, que enriquece de manera especial a la Iglesia con su aporte para que los cristianos vivan profunda, comprometida e intensa su fe.
Consultado respecto de cómo vivir la fe en un tiempo actual tan complicado para los jóvenes de hoy, dijo que indudablemente en su juventud era mucho más fácil, ya que la globalización de los medios y de la información no era tan masiva como hoy, así como también el consumo de alcohol y los panoramas de madrugada. Sin embargo, recalcó que lo más importante es asesorarse en forma constante por mayores y seguir a la propia conciencia.
UNIDOS A JESÚS Y MARÍA
Luego de la amena charla, se peregrinó cantando hasta la Ermita de la MTA, donde Monseñor Errázuriz entregó un mensaje final a la familia: “Quien está unido a María, y por ende a Jesús, al Padre Dios y a través de Ella también al Espíritu Santo, no debe temer sobre cómo actuar de manera coherente, porque Ella siempre nos indicará el camino correcto para unir la Fe y la vida”.
Luego de la renovación de Alianza y bendición final, la Familia de Punta Arenas ofreció un rico almuerzo al cardenal y le regaló en agradecimiento por su tiempo una manta de lana de oveja.
En la tarde de ese sábado 22 de abril, monseñor Francisco Javier Errázuriz ofició la Misa de ordenación del nuevo obispo. El domingo, antes de regresar a Santiago, acompañó al Padre Bernardo en la toma de posesión de la Diócesis de Punta Arenas en la Catedral.
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